La bitácora del Puerto
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AÑO VIII
– Nº 67, septiembre de 2019
Capitán a cargo de
la bitácora: Eduardo Juan Foutel - Blog: foutelej.blogspot.com
Los capitanes, en su cuaderno
de bitácora, permanentemente, dejan debida constancia de todos aquellos
acontecimientos que, de una forma u otra, modifican la rutina diaria. En esta
Carpeta de Bitácora –desde este Puerto- trataremos de ir dejando nota de
aquellos hombres o mujeres de letras que entendemos son dignas de ser
destacados. Hoy, Slawomir Mrozek
Biografía 
(Nació en Borzecin, 1930)
Escritor polaco. Su visión crítica del mundo contemporáneo se expresa en obras
de teatro cuyos personajes, enfrentados a determinadas situaciones sociales,
llevan hasta el límite la lógica de los estereotipos que simbolizan y caen en
el absurdo. Algunas de sus piezas más representativas son Striptease (1961),
Tango (1964), Los emigrados (1974), El embajador (1981) y El residente (1986).
Ha publicado también varios volúmenes de narraciones cortas, entre las que
figuran El elefante (1957), El progresista (1960) y Un ratón en el armario
(1970).
Realizó estudios de
Arquitectura y Pintura, y más tarde de
Filosofía Oriental en la Universidad de Cracovia, dejando todos ellos
inconclusos. Comenzó publicando dibujos satíricos en Przekrój y Szpilki, siendo
editor del semanario Postepowiec. Publicó su primera obra en 1958, y después
adquirió fama internacional con la publicación de relatos cortos. Viajó por
Francia, Inglaterra y Yugoslavia, y sus obras teatrales comenzaron a
representarse en Londres, París y Nueva York. Estando en París, se produjo la invasión
de Checoslovaquia, y no volvió a su país, en el que fueron prohibidas sus
obras. Viajó por Estados Unidos y México, y en 1978 adquirió la ciudadanía
francesa. Volvió a Polonia tras la desaparición del régimen comunista, pero en
el año 2008, fijó residencia en Niza, viajando esporádicamente a su país. Ha
recibido premios literarios, y honores tales como ser nombrado Caballero de la
Legión de Honor en Francia y Comandante de la Cruz con Estrella de la Orden del
renacimiento en Polonia.
Es autor de relatos
cortos, precisos, originales y con gran sentido del humor, y de obras teatrales
dentro del tipo del teatro del absurdo. Su temática trata sobre la historia y
cultura polaca, y de temas generales como la libertad.
Libros
de Slawomir Mrozek
Juego de azar 2015
La vida difícil 2015
Baltasar 2014
La vida para principiantes 2013
La mosca 2005
El pequeño verano 2004
Dos cartas 2003
El árbol 2003
El residente 1986
El embajador 1981
Los emigrados 1974
Un ratón en el armario 1970
Tango 1964
Striptease 1962
Huida hacia el sur 1961 (2008)
El progresista 1960
El elefante 1957 (2010)
Las
cuitas del joven Werther
[Minicuento
- Texto completo.]
Slawomir Mrozek
El director de la filarmónica nos recibió con
amabilidad.
—¿En qué puedo servirles? —preguntó.
—Nos debe cincuenta mil.
—Es posible, pero no acierto a saber por qué razón.
¿Podrían ustedes aclarármelo?
—En calidad de anticipo —le aclaré.
—Tal vez, es una práctica habitual. Pero anticipo,
¿a cuenta de qué?
—De nuestra actuación en la filarmónica.
—Sí, eso ya tiene cierto fundamento. Sin embargo, si
no me falla la memoria, es la primera vez que nos vemos. ¿Acaso hemos firmado
un contrato por correo?
—Aún no, pero podemos firmarlo ahora mismo.
—Indudablemente. Pero quisiera conocer a grandes
rasgos su propuesta. ¿Ustedes forman un conjunto musical?
—De momento no, pero lo formaremos.
—¿Y más o menos con qué repertorio?
—Eso ya lo veremos cuando aprendamos a tocar.
—¿A tocar?
—Sí, a tocar instrumentos musicales, por supuesto.
La torpeza de ese individuo comenzaba a enervarme.
—¿Quiere decir que aún no saben?
—Aún o ya, ¿qué más da? El futuro de todas formas
nos pertenece. ¿No ve que somos jóvenes?
—¡Oh!, desde luego. Sin embargo, ¿puedo sugerirles
algo? Primero aprendan a tocar, después toquen un poco y después nos vemos. El
futuro sin duda les pertenece.
Y no nos dio el anticipo, el muy fascista. Salimos
de allí perjudicados socialmente.
En el muro había un cartel que anunciaba la
actuación de un tal Mozart.
—¿Quién es? —preguntó… pero no me acuerdo cuál de
nosotros, porque me falla la memoria, sobre todo antes del mediodía.
—Seguramente un viejo.
Dejamos de pensar en el arte y nos dedicamos a
construir una bomba. Un día de estos la pondremos en la filarmónica. La lucha por
la justicia es lo primero.
FIN
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