jueves, 20 de noviembre de 2014

Bitácora del puerto nº 22



       

    

  
     La bitácora del Puerto              

Un servicio digital de la Editorial Puerto Libro  editorialpuertolibro@gmail.com AÑO 3 – Nº 22  - OCTUBRE de 2014
Capitán a cargo de la bitácora: Eduardo Juan Foutel

Los capitanes en su cuaderno de bitácora, permanentemente, dejan debida constancia de todos aquellos acontecimientos que, de una forma u otra, modifican la rutina diaria. En esta Carpeta de Bitácora –desde este Puerto- trataremos de ir dejando nota de aquellos hechos que entendemos son merecedores de ser destacados.
Hoy se cumplen 100 años del nacimiento de un hombre, que si bien no es considerado un hombre de letras, es alguien que en nuestra infancia y porqué no, adolescencia, nos creó un mundo mágico que merece ser recordado.
Thor Heyerdahl (Larvik, Vestfold, 6 de octubre de 1914 - Andora, Liguria, 18 de abril de 2002) fue un explorador y biólogo noruego que se especializó en la Universidad de Oslo.
¿Qué hizo este hombre para que hoy lo recordemos? Nada más ni nada menos que preparar y ejecutar una expedición náutica con perfiles superlativos a la par de escribir esa experiencia titulando la obra como   Kon-Tiki, nombre de la embarcación que supo construir para el asombro y admiración de todos.

Kon-tiki fue el nombre de la balsa utilizada por el explorador noruego Thor Heyerdahl (1914-2002) en su expedición de 1947 por el océano Pacífico desde Sudamérica hasta la Polinesia. El nombre de la embarcación se debía al dios solar de los incas, Wiracocha, de quien se decía que antiguamente había llevado el nombre de «Kon-Tiki». Kon-Tiki es también el nombre del libro que escribió Heyerdahl sobre su experiencia.
Heyerdahl sostenía que pobladores procedentes de Sudamérica podrían haber llegado hasta la Polinesia ya en tiempos precolombinos. El propósito de Heyerdahl era demostrar la posibilidad de que el poblamiento de la Polinesia se hubiese llevado a cabo por vía marítima, desde América del Sur, en balsas idénticas a la usada durante la expedición y movidas únicamente por las mareas, las corrientes y la fuerza del viento, que es casi constante, en dirección este-oeste, a lo largo del Ecuador. No obstante, la expedición dispuso de ciertos elementos como una radio, relojes, mapas, sextantes y cuchillos, aunque los mismos no fueron relevantes a la hora de probar que una balsa como la utilizada podía realizar la travesía.

La expedición Kon-Tiki fue financiada mediante préstamos y contó con donaciones de parte del ejército de Estados Unidos. Heyerdahl viajó tiempo antes a Perú donde, junto con un pequeño grupo de personas y dentro del espacio provisto por las autoridades nacionales, se dedicó a la construcción de la balsa. Para ello, se emplearon troncos de madera balsa y otros materiales autóctonos, y se mantuvo el estilo de construcción indígena tal como se observó en las ilustraciones dejadas por los conquistadores españoles.

La travesía comenzó el 28 de abril de 1947. Heyerdahl y otros cinco integrantes viajaron durante 101 días
a lo largo de casi 7.000 km por el océano Pacífico, hasta llegar a un arrecife en el atolón de Raroia, en las islas Tuamotu, el 7 de agosto de 1947. Toda la tripulación llegó a tierra sana y salva. 
 
La balsa expuesta en el Museo Kon-Tiki, en Oslo.
El libro Kon-Tiki, que Heyerdahl escribió relatando las peripecias de la expedición, fue un best-seller y se tradujo a 66 idiomas, y la película que se filmó ganó un Oscar al mejor documental en 1951.



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