La bitácora del Puerto
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servicio digital de la Editorial Puerto Libro
editorialpuertolibro@gmail.com AÑO 3 – Nº 22 - OCTUBRE de 2014
Capitán a cargo
de la bitácora: Eduardo Juan Foutel
Los
capitanes en su cuaderno de bitácora, permanentemente, dejan debida constancia
de todos aquellos acontecimientos que, de una forma u otra, modifican la rutina
diaria. En esta Carpeta de Bitácora –desde este Puerto- trataremos de ir dejando nota de aquellos hechos que
entendemos son merecedores de ser destacados.
Hoy
se cumplen 100 años del nacimiento de un hombre, que si bien no es considerado
un hombre de letras, es alguien que en nuestra infancia y porqué no,
adolescencia, nos creó un mundo mágico que merece ser recordado.
Thor
Heyerdahl (Larvik, Vestfold, 6 de octubre de 1914
- Andora, Liguria, 18 de abril de 2002)
fue un explorador y biólogo noruego que se especializó
en la Universidad de Oslo.
¿Qué
hizo este hombre para que hoy lo recordemos? Nada más ni nada menos que
preparar y ejecutar una expedición náutica con perfiles superlativos a la par
de escribir esa experiencia titulando la obra como Kon-Tiki, nombre de
la embarcación que supo construir para el asombro y admiración de todos.
Kon-tiki fue el nombre de la balsa
utilizada por el explorador noruego Thor Heyerdahl (1914-2002) en su expedición de 1947
por el océano Pacífico desde Sudamérica
hasta la Polinesia.
El nombre de la embarcación se debía al dios solar
de los incas, Wiracocha, de
quien se decía que antiguamente había llevado el nombre de «Kon-Tiki». Kon-Tiki
es también el nombre del libro que escribió Heyerdahl sobre su experiencia.
Heyerdahl sostenía que pobladores procedentes de
Sudamérica podrían haber llegado hasta la Polinesia ya en tiempos precolombinos. El propósito de Heyerdahl era
demostrar la posibilidad de que el poblamiento de la Polinesia se
hubiese llevado a cabo por vía marítima, desde América del Sur, en balsas
idénticas a la usada durante la expedición y movidas únicamente por las mareas,
las corrientes y la fuerza del viento, que es casi constante, en dirección
este-oeste, a lo largo del Ecuador. No obstante, la expedición dispuso de ciertos
elementos como una radio, relojes, mapas, sextantes y cuchillos, aunque los
mismos no fueron relevantes a la hora de probar que una balsa como la utilizada
podía realizar la travesía.
La expedición Kon-Tiki fue financiada
mediante préstamos y contó con donaciones de parte del ejército de Estados
Unidos. Heyerdahl viajó tiempo antes a Perú donde, junto
con un pequeño grupo de personas y dentro del espacio provisto por las
autoridades nacionales, se dedicó a la construcción de la balsa. Para ello, se
emplearon troncos de madera balsa y otros materiales autóctonos, y se
mantuvo el estilo de construcción indígena tal como se observó en las
ilustraciones dejadas por los conquistadores españoles.
a lo largo de casi 7.000 km por el océano Pacífico, hasta llegar a un arrecife en el atolón de Raroia, en las islas Tuamotu, el 7 de agosto de 1947. Toda la tripulación llegó a tierra sana y salva.
La
balsa expuesta en el Museo Kon-Tiki, en Oslo.
El libro Kon-Tiki, que Heyerdahl escribió relatando las peripecias de
la expedición, fue un best-seller y se tradujo a 66 idiomas, y la
película que se filmó ganó un Oscar al mejor documental en 1951.
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