FORMALIDAD
INEVITABLE
El frio y vetusto espacio del Registro Civil, era el
escenario. Todos presentes: amigos, parientes e incluso algún conocido no muy
allegado, participaban del momento. El Oficial Público, con un oscuro y clásico
traje, supo leer las cuestiones legales que hacen al matrimonio. El momento
esperado se acercaba y la cara del auditorio mostraba una gran gama de
expresiones. Algunos, de simple alegría; otros, de un placer inmenso incluso
estaban aquellos que mostraban dudas respecto del resultado de la pregunta final.
La consulta finalmente llegó y Él contestó ¡SI, QUIERO! Luego Ella, no con
alegría pero sí con una gran paz y un gesto también de alivio, respondió: ¡SI,
QUIERO!, aunque debió decir QUEREMOS, incluyendo al hijo que cuidaba en sus
entrañas y que por fin tendría padre.

Verano MMXIV
Mención
especial en Microcuentos en el 6º Certamen Anual Nacional y 4º Internacional “LA PLUMA DE PLATA” 2014
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